Libro de siete cuentos de una extensión de unas cuarenta páginas por cuento, en los que el autor reflexiona principalmente en torno a la soledad.
Editado por Tusquets Editores. Se puede encontrar en formato digital y en papel en Amazon.
Mi opinión
Aunque últimamente suelo leer en el Kindle, este libro de
cuentos de Murakami lo leí en una edición en papel que me regalaron mis hijos
el Día del Padre. Me gusta leer cuentos y ellos lo saben.
Más que leerlo podría decir que lo he saboreado, despacio,
empapando mis neuronas con sus palabras, y lo he dejado en mi mesilla para
releerlo de vez en cuando.
De Murakami, además de algunos relatos sueltos que se pueden encontrar en internet, como por ejemplo «El séptimo hombre», magnífico, leí hace tiempo, entre otros títulos, Tokio Blues, (Norwegian Wood), novela emblemática (cuyo título hace referencia a una canción de los Beatles) que trata sobre el amor, la pérdida y el sexo. Temas recurrentes en la obra del autor.
Los siete relatos que se incluyen en Hombres sin mujeres (título homónimo de un libro de cuentos de
Ernest Hemingway) nos hablan, al igual que en la novela mencionada, de la
pérdida, el amor y la sexualidad, de la incomunicación entre hombre y mujer, y de
la soledad, y he de decir que me han encantado todos los relatos, unos más que
otros, por supuesto. Destacaría los siguientes: «Sherezade», una clara referencia
a Las mil y una noches, «Samsa
enamorado», homenaje a Kafka y La
metamorfosis, o el último, que da
título a la obra, «Hombres sin mujeres». Hay también uno titulado «Yesterday»
en referencia a los Beatles.
Para muchos Murakami es un maestro en el arte de narrar y
fabular. En mi opinión con estos siete cuentos lo demuestra —se dice que es uno
de sus mejores libros—. En
ellos, con un lenguaje fácil de leer, rico y preciso, te envuelve e invita a
seguir leyendo. Con todo, conviene leerlo con pausa, sin prisas, quizás un
cuento cada noche. Reflexiona en estos relatos sobre temas como el amor, la
soledad, la nostalgia, la pérdida, la incomunicación…, y la sexualidad tratada
sin tapujos y con una exquisita delicadeza. Todos ellos, temas fundamentales y
recurrentes en su obra, en la que suele utilizar la música para crear sensaciones
en el lector; en este libro también hace diversas alusiones a la música en
general, y en especial a la de los Beatles, al jazz y a la que él llama «música
de ascensor» que diríamos es la música ambiental, como la de Henry Mancini.
Me ha gustado también cómo define en detalle a los personajes,
llenos de matices, con sus conflictos, y la sensibilidad con que los describe, al
igual que las situaciones y ambientes que recrea.
El libro me ha fascinado, repito, y creo que no se lo deben
perder.
Sé que hay quien piensa que no le deberían conceder el
Premio Nobel, pero eso a mí no me parece primordial. Yo creo que se lo darán
alguna vez. Quién sabe.